Es madre que sopla las heridas,
es abuela endulzando meriendas,
es maestra que te educa en la vida,
es amor y palabras sinceras.
Es la chica de clase que nunca te mira,
es la chunga del barrio que escupe sonrisas,
es pescadera, consejera,
abogada y camarera.
Es prostituta que afloja despojos salvajes
de perros sin corazón,
y dinero por ratos amables,
poniendo petachos y sacando familia adelante.
Es presidenta de causas sociales,
de retos de día a día guiando los bailes,
ciudades enteras que dependen de ella,
es orden, es calma, es luz,
es agua en desiertos
y calor en inviernos.
Es ella,
tan fuerte como una tormenta,
es ella,
tan buena como un mundo sin fronteras,
es ella,
que borra todas las tinieblas,
es ella,
que guarda todas las estrellas.
Y surge un día que conmemora,
su imprescindible presencia,
solitario ocho de marzo,
poco tiempo
para festejar su vida en la tierra.