Pierde la vida en sus huellas,
jugando a buscar su estela
y cuando brillan los charcos
gana dosis de abstinencia.
Corre y se hunde en el barro
que le enseña las raíces
donde comen los ratones
y se escarchan las lombrices,
que remiendan agujeros
donde ocultarse del hielo.
Cava un beso en sus lunares
donde eclipsan los nogales,
unas nubes devastadas
por los rayos bandoleros
Duerme solo entre cartones
sin nadie que le caliente.
Sueña que duerme con ella
y ella sueña que le encuentre
Y esas tardes por el pueblo
cuando aún eran quinceañeros,
recortándole a la infancia
la inocencia con los besos.
Postergados a altas horas
para encontrar el desvelo,
y una ropa que molesta
para subirse hasta el cielo
Duerme solo entre cartones
sin nadie que le caliente.
Sueña que duerme con ella
y ella sueña que le encuentre.