Si ya sabes que existe la muerte,
que nadie puede probar que haya algo después.
Si ya sabes que a toda noche increíble
le acaba por salir el sol
y que a todo día soleado
le acabarán cayendo lágrimas desde el cielo.
Si de sobra sabes que el amor
pende de dos corazones inquietos
que un beso tiene una única oportunidad para ser el primero
y que la virginidad solo se pierde una vez
y que pocas veces consigues encontrarte
entre esa locura
que insisten en llamar razón humana.
Si ya sabes que los domingos tienden a ser resacas,
que los sábados son una vez cada semana
que las montañas no solo hay que subirlas
y que las estrellas hay que bajarlas.
Si ya sabes que saber no es nada
y que saber nadar a veces te ahoga
y que estar ahogado es lo que te mantiene respirando
y que respirar no significa estar vivo
y que la vida sin la muerte no tiene sentido.
Si ya sabes todo eso
es que sabes, como yo,
que aún no sabes nada.