Me siento tan mal
que grito cuando callo.
Me baño en aguarrás
para suspirar el llanto.
Te grité "si te vas
vuelve de vez en cuando
para coser las rastas
que cubren mi retablo".
Me puede el frenesí
que anida en mi diario,
migajas de carmín
jugando en mi calvario,
orquesta de jazmín
volando por mi cuarto,
mojón orientativo
para perderme en tu regazo.
Pero "no ha de volver"
me dicen los cangrejos,
agarran sin querer
con pinzas mi desvelo,
me caigo en tu jardín
para aplastar las flores,
que puse para ti
y tus "no me decepciones".
No calles si es por mí,
que no me lo merezco
lo di todo por ti
y más en el descuento,
pero eso me costó
tu adiós de viento eterno
tu risa para ti
que yo ahora estoy lloviendo,
regando sin querer
las pozas de los charcos
para que salten niños
cerrando mis agravios,
chiquillos inocentes
que olvidan y perdonan
merece reflexión su vida indolora.
El silencio pudo ser por timidez, pero búscala, seguro que sabes dónde hacerlo.
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