Como escribía Marwan,
él tendía a darlo todo a la primera,
y con el tiempo he descubierto
que acuso el mismo problema.
Al principio te gustó
que estuviéramos tan locos,
que yo te regalara,
y lo diera siempre todo.
Nos dejamos llevar,
por los impulsos de los besos.
Pasamos un invierno,
caluroso, sin botones.
Pero llegó el verano,
y con él la decisión
de cogernos de la mano.
Y aquí fue cuando darlo,
siempre todo a la primera,
comenzó a crearte dudas
y llevarte a la amargura.
Te agobiaste y olvidaste,
de regar las alegrías,
esas que un día fueron hermosas,
y que hoy ya están marchitas.
Peleé contra el destino,
y como tu no las regabas,
yo regaba por los dos.
Mis intentos de avivar
y de evitar que eso acabara
terminaron por condenar,
a aquella pobre flor.
Y ya se sabe que las flores,
embellecen con el agua,
el mismo agua que en exceso
les ahoga pa´matarlas.
Y así fue como ocurrió,
que de tanta cantidad,
la acabé cagando.
Ha pasado ya algún tiempo,
y aprendí de los errores,
y quién sabe si como el cantar de Luis Ramiro,
podremos: "Empezar de cero".
"El amor es semejante a un árbol se inclina por su propio peso, arraiga profundamente en todo nuestro ser y a veces sigue verdeciendo en las ruinas de un corazón."
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