Calcetines mojados
por la nieve de un verano
al que se le cayeron las hojas
junto al ardor del pasado.
Fuego,
menos de un año
pero fuego.
Fuego de la chimenea
que calienta las pasiones,
-digo fuego-
que resucita ilusiones,
-grito fuego-
que acabó quemando el cielo
-callo y fuego-
que apagándose me arde,
-sueño y fuego-
que no olvido y crea cenizas,
-lloro y fuego-
que no seca las heridas,
-caigo y fuego-
que no borra las caricias.
Caigo al suelo,
para soplar las astillas,
que no puedo
reconstruir las partidas
donde juntamos dos vidas,
callejones sin salida
decorando la avenida
a tu adiós sin estampida,
solo un sol, que no me arrima
a tu historia
y tu alegría
que se alejan de mi risa
dedicándome misivas
que no firmas, pero envías
a este fin, sin melodía.
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